ESCUCHA EL NUEVO SINGLE DE MONSERRAT
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El single. Ese objeto mágico que nos retrotrae a las edades atemporales del pop -da igual que estemos en el 62 que en 2015, un hit es un hit-
y que es capaz de condensar en apenas unos minutos la magia de la
música: emoción, agitación, excitación, evasión... Monserrat han elegido
el siete pulgadas (el single por antonomasia) como formato para su
siguiente aventura musical. Tiene lógica: el grupo hace CANCIONES en
mayúsculas y éstas resuenan igual de fuerte en un elepé que en una dosis
más reducida. Brillar/La ventana está ya en formato digital.
En vinilo llegará en enero, aunque se puede reservar ya una copia a
través del bandcamp del cuarteto.
Monserrat es uno de esos grupos cuya música habla por sí misma. En su
caso, primero vienen las melodías. Después, todo lo demás. Se pudo
comprobar en su inspirado álbum de debut homónimo, autoeditado en 2014:
ahí había enjundia, imaginación, arreglos inspirados y clase, mucha
clase. No es casualidad que artistas y grupos como El Hijo, Abraham
Boba, Litoral, Rusos Blancos, Las Aspiradoras o Julio de la Rosa hayan
contado con los miembros de Monserrat para sus propios proyectos. Saben
tocar, buscan los recovecos de la música y conjugan influencias para
crear un universo propio con nomenclatura particular. Se puede llamar
psicodelia, psych-pop, pop de cámara o cómo se quiera, lo importante es
la puntería que tienen para hacer canciones memorables, hecho que se
confirma de nuevo en el single formado por Brillar y La ventana.
Son dos temas, grabados y mezclados por Little Fish para la Charniceria en el Grey House Studio de Alicante que además han supuesto una suerte de impulso creativo para la formación, que ya está preparando el que será su segundo larga duración y que verá la luz a lo largo de 2016.
Brillar ocupa la cara A y resulta un pequeño manifiesto de pop carbonatado que mantiene el pulso psicodélico de su primer álbum. Al girar el single podremos cerrar los ojos y escuchar La ventana, evocadora canción a la que la voz de Miren Iza de Tulsa dota de un dramatismo casi cinematográfico. Al final de los apenas tres minutos que dura cada canción se hace patente la sensación de que nos quedamos con ganas de más, y ése es precisamente el espíritu de un buen single.
Fuente: Doma Clásica
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